El verde prado y el
verde maraojo ( maraojo llamamos a los
primeros rizos del cereal, cebada o centeno sembrado para pasto de ovejas),son
los verdes que tapizan el campo otoñal. El verde maraojo es un verde con varios
tonos según esté más o menos crecido . Pero otros verdes lo acompañan, como el
verde escoba o retama , el verde musgo,
el verde pilar, y el verde carrasco que es un verde sombrío y terco, de ahí que
su madera sea dura como la piedra con que se enredan las raíces. Los robles van
perdiendo sus hojas, ahora verde ambarino, robles que despojados de su follaje
y ateridos de frio, se levantarán una mañana de tantas, luciendo una cencellada
de inmaculada y reluciente albura, destello efímero de la vida.
Los tres colores
básicos y dominantes del universo de mi
pueblo son el ocre del estío, el verde otoñal
y el azul celeste. Los tres conforman y acompañan el discurrir de las
almas que transitan con la mirada alta y serena, o quizás
soñolienta, o nostálgica, que de todo hay en este mundo multicolor
nuestro.
Por mi parte, y aun admirando el ocre y el azul celeste, me quedo con el verde otoñal, verde esperanza; asidero último.